Fotografía: Juan Carlos Mendizabal Fierro
Quedó apenas un rastro de luz, enfrentando la tormenta cruel que se avecina sobre la ciudad adormecida.
Mientras mis ojos nubosos, observan asombrados el clamoroso espectáculo que abrumador se cierne encima nuestro, sólo me resta pedir en oración, que se calme el cielo, por tu voluntad SEÑOR.